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Cuando parecía que mi mundo
se sumergía en un gran naufragio
divisé a lo lejos, en lo extremo,
una luz, la luz divina del amor,
del amor de mi todo poderoso
que me hacía señales de savia.
Mis ojos, cual dos perlas
que nunca vieron su mar…
¡Respiraron!, se completaron
de extrema de existencia,
emanaron dichosos de vida a la vida.
El amor, el verdadero amor,
retornaba con más fuerzas,
más vivaz, más enérgico,
más real, aunque sea autentico,
más gallardo y soberano
que nunca jamás, de los demás
que antes que ahora y siempre.
El amor, el sincero amor,
El amor que nunca abandona,
que imposible no claudica
a vuelto a apartar de mi
las corrientes que en arrecifes
buscaban, el naufragio de mi alma.
El amor verdadero regresa
con más fuerzas desde el…Mar
y yo lo acaricio en su estela de agua.
se sumergía en un gran naufragio
divisé a lo lejos, en lo extremo,
una luz, la luz divina del amor,
del amor de mi todo poderoso
que me hacía señales de savia.
Mis ojos, cual dos perlas
que nunca vieron su mar…
¡Respiraron!, se completaron
de extrema de existencia,
emanaron dichosos de vida a la vida.
El amor, el verdadero amor,
retornaba con más fuerzas,
más vivaz, más enérgico,
más real, aunque sea autentico,
más gallardo y soberano
que nunca jamás, de los demás
que antes que ahora y siempre.
El amor, el sincero amor,
El amor que nunca abandona,
que imposible no claudica
a vuelto a apartar de mi
las corrientes que en arrecifes
buscaban, el naufragio de mi alma.
El amor verdadero regresa
con más fuerzas desde el…Mar
y yo lo acaricio en su estela de agua.
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