Desde que no estas aquí

Abril, tarde gris de ausencia y hojas secas
tras el empañado cristal de mi refugio
el paisaje se muestra levemente humedecido
por el espanto meteorológico que lleva días de luto
Afuera llueve y no llueve,
hosquedad y silencio todo lo cubre.
Busco una razón para seguir en pie
y ni siquiera la consigo; 
me columpio suspendida en el letargo,
imagino a mis pies el negro abismo,
pero no puedo ver en sus profundidades,
tu inmenso amor no me deja.
Ya sé, debería detenerme 
y enjugarme el alma descubierta
pero no, mejor dar un paso al costado; dices,
aún falta demasiado para que tu tiempo llegue.
En tanto, me abraza tu recuerdo alegre
Y te veo deambulando por los jardines celestiales.
Algo me dice que con tu partida, (no has partido).
Yo sé que algo nuevo empieza.
Se me arruga el corazón
y aprieto mi puño y sello mi boca,
parpadeo espantando al llanto que asoma de bruces.
Mi piel se desnuda en un millar de células
que en su a.d.n delatan mi linaje y el tuyo…
Espanto tristezas, porque tú, eras alegría,
Y me pregunto en mi recorrido diario
¿Será verdadero que hay vida, después de la muerte?
¿Dónde va lo que amamos?
¿Quién se apodera de ello?
las preguntas conviven conmigo,
No tengo fantasmas, ni me asustan espectros
Tus recuerdos se acuestan conmigo y conmigo se levantan.
Hoy es viernes, sucedió ya una semana
de tu marcha sin partida
y más que nunca necesito el aire,
para que con sus brazos de brizas
Me abracen muy fuerte recordándote 
a ti, mi creador.
Alguien me dijo- Será muy dulce soñarlo,
Pero aún no tuve el privilegio de tu visita
en los paladines donde habita Morfeo,
quizás porque ya no duermo desde tu partida,
Por eso te sueño, donde no te sueño
recorriendo sin sigilos, ni rincones secretos.
Es triste y no debería serlo, pero... 
te extraños, para que negarlo,
Yo lo sé y tú en algún lugar lo sabes también.
Me sucede que ni siquiera 
yo misma lo advierto y sin darme cuenta
me encuentro hablando con tu recuerdo.
Entonces me quedo bajo el árbol mora
esperando hasta que vengas como el pampero
a abrazarme sin tus brazos mortales 
y tus besos radiantes como el fuego.